Revista Grao

Casa de Baños - Su origen

MAQUETA DE LA COSTA DE AZAHAR
Arquitecto G. de Terán


Lo prometido es deuda y por tanto de obligado cumplimiento.
Hay que proseguir con la narración de los hechos que originaron y condujeron a la creación y aparición en Castellón del proyecto Costa de Azahar; y lo haremos como se hace en los cuentos.

Érase una vez…, allá por los años cincuenta y…pocos, que un buen día apareció en Castellón, un caballero llegado de tierras capitalinas, Madrid concretamente; decidido, emprendedor, dicharachero y con un proyecto bajo el brazo, que iba a cambiar por completo los modos y maneras de vivir de la sociedad castellonense.

Se instaló en un primer piso de la plaza Huerto de Sogueros, frente a la antigua Delegación de Hacienda y allí montó su cuartel general. Persona de buen comer, mejor beber, y amante de la buena música (allí escuché por vez primera el concierto para dos trompetas, de Vivaldi. Precioso de verdad), ya traía contactos y enlaces con las más altas personalidades, civiles, militares y eclesiásticas, de tal forma que, de la noche a la mañana, se introdujo en todas las esferas de la sociedad castellonense, o sea como se dice a veces, “el todo Castellón”. Su nombre: Don Ángel Pérez de Leza.


Hasta entonces conocíamos, la Costa Brava, la Costa Blanca, la Costa Dorada, la Costa Azul, la Costa del Sol, y otras costas, pero, en nuestra ciudad y por supuesto en el Grao, solo teníamos la playa del Pinar y la playa del Serrallo. Y pare usted de contar. Ah! también teníamos un pinar que era una delicia, pero eso no era suficiente. Se tenía que encontrar un nombre sugestivo, llamativo, que atrajese a la gente y convirtiese estas playas asilvestradas en un emporio para el turismo.

“Hoy, los tiempos adelantan que es una barbaridad”, según palabras de D. Hilarión, y se tenía que subir al tren del progreso, para no quedar rezagados. Renovarse o morir; y ¿quien mejor que D. Angel?. Nadie.

“Señoras y señores, tengo el gusto de presentarles mi proyecto de urbanización para Castellón: He aquí “La Costa de Azahar”

Maqueta del proyecto de urbanización con el campo de golf, playa con casa de baños, apartamentos Welt-Ring (los primeros que se hicieron en la playa), y el Hotel del Golf (Las casetas de baño deben desaparecer, ya que no armonizan con el entorno).


Las relaciones del Sr. Pérez de Leza con nuestras autoridades, fueron como una seda y una participación completa en la vida ciudadana. No había evento en que dicho señor no fuese invitado y estuviese presenta en cuantos acontecimientos sociales se celebrasen. Las obras tuvieron su normal desarrollo y se llegó al fin con las inauguraciones del Hotel del Golf, de la casa de baños, de los Apartamentos Welt-Ring, del club y campo de golf. Con esto se terminaba el proyecto y comenzaba la realidad de la Costa de Azahar.

Estuvimos unos años conviviendo, las casetas de baño de toda la vida, con la emblemática Casa de baños, hasta que llegado el mes de setiembre del año 1968, no fue una máquina la que hizo desaparecer las casetas, fue un “ordeno, mando y quiero que se cumpla”, lo que realizó tal proeza.


Con la explotación y administración (hasta que fue traspasado a Dª Vicenta Calvet), ya les esbocé algo en artículo anterior. Ni con la supervisión del Director del Hotel, ni con la contratación de camareras Bilbaínas, ni con la supervisión personal de un hijo del Sr. Pérez de Leza; el carro no iba de ninguna forma. Fue lamentable los medios empleados para darle la exclusiva, ya que la política adoptada para su explotación, necesitaba de sector de público, más adinerado o más dispuesto, que el corriente de Castellón, con posibles pero, ya nos conocemos, más conservador. La casa de baños nunca pudo suplir todo aquello que había desaparecido con las añoradas casetas.

En el artículo anterior ya les contaba la anécdota de las ensaladas, y hoy no quiero ser menos para contarles una treta, vivida “in person”, quien y como era D. Ángel, para conseguir sus metas.


El día que había que mostrarle la maqueta a las autoridades, con todo boato y solemnidad; entre ellos, había uno que era un aficionado a los toros, de los que no se perdía ni corrida, ni becerrada, ni capea que se celebrase donde fuese. Habiéndose enterado el Sr. Pérez de Leza de esta afición, cogió al maquetista y señalando un punto determinado en el panel, junto a la fábrica de abonos químicos (Industrias Químicas Canarias), propiedad de la familia Noguera de Valencia, le dijo:

“Ahí me pones un redondelito, me pintas una bandera española y me pones un letrero que diga Venta España. Yo le cuento, que esto va a ser un tentadero y así lo convencemos mejor” (Estas dos últimas palabras aunque significan lo mismo, no son, precisamente, las que se dijeron, pero por respeto y consideración a los lectores he preferido cambiarlas).

Esta es otra de las muchas facetas que forman parte de la vida del Grao y por ende de Castellón. El tiempo siempre pone las cosas en su sitio y ahora añoramos aquella playa del pinar llena de dunas, en que las aves migratorias podían anidar, al mismo tiempo que los vecinos de Castellón gozar de las limpias playas, según declaraciones y opiniones de lectores de la revista “GRau” (nº2, pag. 3), dicho sea de paso, terrenos que fueron vendidos al precio de 0,25 céntimos de peseta (un real o quinset) el palmo.


Algo más sobre nuestra historia, ya saben y conocen. Además pueden ver en que estado estábamos hace más de 50 años. Así es que…a pensar y esperemos otro empujóncito para seguir con las crónicas.-

Texto y fotos de: Sergio Ferrer de Almenara
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